En el sur de Argentina, un bosque milenario convertido en piedra se alza como un testimonio único de la historia natural del mundo y un emblema silencioso de la profunda Patagonia.
Hay rincones del mundo donde el tiempo parece haberse detenido, y uno de los más asombrosos está en el sur de Argentina. En plena Patagonia, un antiguo bosque quedó inmortalizado en piedra hace millones de años, transformándose en un testimonio único de la historia natural del planeta.
Este sitio no solo es un tesoro geológico, sino también un emblema de la Patagonia profunda. Un lugar donde la ciencia y la belleza se encuentran entre restos de árboles colosales convertidos en roca. Te contamos todos los detalles de este enigmático bosque del fin del mundo.
El bosque convertido en piedra más grande del mundo está en Argentina
Ubicado en Santa Cruz, el Monumento Natural Bosques Petrificados de Jaramillo es considerado el bosque petrificado más grande del mundo. En este rincón inhóspito de la Patagonia, se conservan árboles fosilizados que vivieron hace más de 150 millones de años, en una época en la que esta región era cálida y húmeda.
Una violenta actividad volcánica cubrió el antiguo bosque con ceniza, iniciando un proceso de petrificación que transformó lentamente cada tronco en roca. Hoy, esos gigantes prehistóricos reposan sobre el suelo seco de la estepa, como un eco mineral del pasado.
¿Cómo es este bosque único del mundo?
Este bosque de la Patagonia posee características que lo convierten en un lugar irrepetible en el mundo:
?Troncos de más de 30 metros, perfectamente fosilizados, que aún conservan su forma y estructura interna.
?Un paisaje árido y silencioso, donde cada piedra cuenta la historia de un ecosistema extinto.
?Acceso controlado a través de senderos, para preservar el valor científico del lugar sin afectar su integridad.
?Una ventana al pasado geológico, que ayuda a comprender cómo era la vida vegetal en el Jurásico.
?Forma parte de una red de áreas protegidas, clave para conservar el patrimonio natural de la Patagonia.
Caminar por este bosque fósil es viajar al pasado remoto del mundo, en un escenario tan majestuoso como desolador. La Patagonia guarda aquí uno de sus secretos mejor conservados, una joya natural que asombra por su antigüedad y su inmenso valor histórico.