Con una carrera ejemplar de casi medio siglo, el técnico agrometeorólogo José Olinuck se jubila del INTA Cerro Azul dejando para el sector productivo del NEA un trabajo estadístico invaluable sobre temperaturas, lluvias y otras condiciones metereológicas, además de la consolidación de una red de estaciones agrometeorológicas. Su labor silenciosa, meticulosa y constante permitió anticiparse al clima y mejorar las decisiones de miles de productores. Cuando en 1978 José Olinuk ingresó como técnico al INTA Cerro Azul para hacerse cargo del área de agrometeorología, seguramente no imaginaba que su trabajo marcaría a fuego el desarrollo de esta disciplina en la región. Hoy, a pocos días de su jubilación, repasa con emoción una vida entera dedicada a observar el clima, recolectar datos, emitir boletines y, sobre todo, ser fuente confiable de información para productores, investigadores, docentes y estudiantes.
La agrometeorología, una rama relativamente nueva dentro de la ciencia agropecuaria cuando él comenzó, fue su vocación y su especialidad durante 47 años. ?El clima influye en todo: rendimientos, cuidado del suelo, riego, humedad, heladas, temperaturas extremas, balance hídrico, y cada cultivo tiene su momento. Era imprescindible tener datos precisos para tomar decisiones?, afirma Olinuck.
Desde la estación experimental del INTA Cerro Azul, fundada en septiembre de 1966, el técnico continuó el trabajo iniciado por Hugo Galeano, y logró consolidar el desarrollo de una red provincial de estaciones agrometeorológicas.
Bajo su impulso, se instalaron más de 40 estaciones en Misiones y el noreste de Corrientes, cubriendo zonas como Andresito, San Pedro, San Antonio, Iguazú, Virasoro, Liebig y Playadito.
?Recibimos toda esa información en Cerro Azul, la cargamos, actualizamos y generamos boletines que quedan disponibles para investigaciones o para quien los necesite, en forma gratuita?, explica el técnico, en declaraciones a la emisora local Radio Estación Azul.
Este esfuerzo sostenido transformó al INTA Cerro Azul en un nodo clave de información climática. ?Es una red muy amplia que nos permite comprender el comportamiento del clima en una región con una topografía compleja. Eso fue fundamental para acompañar al productor?, remarca Olinuck.
De los sobres al tiempo real: los cambios tecnológicos
?Durante muchos años se trabajó en papel, y todo el registro era a mano. A fin de mes, enviábamos los sobres con las planillas a la EEA Castelar?, recuerda con una sonrisa. La transformación tecnológica llegó con fuerza en los últimos 20 años: ?Ahora las estaciones son automáticas, la información se carga diariamente en línea y está disponible en tiempo real, desde cualquier lugar del mundo?, destacó.
Este avance permitió no solo mejorar la precisión de los datos, sino también ampliar el acceso. ?Hoy los datos están disponibles para investigadores, universidades, escuelas técnicas, productores. Es un patrimonio colectivo, y me enorgullece haber contribuido a eso?, dice.
Un legado para el futuro
José no se va del todo: deja una estructura funcionando y un equipo profesional que continuará su trabajo. ?Una nueva profesional se incorpora al área, y sé que lo va a hacer muy bien. El INTA es una institución sólida, y Cerro Azul es un lugar muy valioso?, asegura.
Los productores de la región reconocen su trayectoria con gratitud, y él se despide con humildad: ?Para mí fue un orgullo haber trabajado en esta institución. Esta es una especialidad que me gusta mucho, y siento que logramos acercar a mucha gente al INTA brindando gratuitamente una información necesaria para todos?, expresó.
Su labor fue destacada y reconocida en la edición de la Expo Rural de la Misiones 2022, organizada por la Sociedad Rural de Misiones.
Con su retiro, se cierra una etapa y se continuará otra, en un contexto donde la agrometeorología cobra un papel aún más relevante frente a los desafíos de la crisis climática. Su historia, marcada por el compromiso y la constancia, deja una huella profunda en el organismo y en la historia agropecuaria de la región.