La diseñadora Sarah Poniatowski ha imprimido su ecléctico gusto a esta casita de montaña totalmente forrada de madera y con soberbias soluciones de mobiliario y almacenaje.
Esta cabaña de estilo alpino transmite toda la fuerza y el encanto de entorno en el que se encuentra, en el corazón de los Alpes. Se trata de una construcción típica de la zona que la diseñadora Sarah Poniatowski ha transformado en un acogedor hogar . Este tipo de viviendas, originales del siglo XVIII, se conocen como «membres en terre», un te?rmino francés que define esa forma de construccio?n en la que parte de la casa, en este caso el lado norte, se entierraba en el terreno para quedar más protegida del frío. También acogía un establo y un desván en el que se almacenaba el heno, proporcionando un aislamiento adicional. También, debajo de la casa, había una bodega que se utilizaba para madurar el conocido queso Reblochon. Esta cabaña en concreto fue reformada hace unos años, cuando se rebajó el suelo del salón de estilo rústico para conseguir un techo más alto y los propietarios lo utilizan como refugio para reuniones familiares. Pero ahora quería actualizarla para hacerla más cómoda y funcional, además de ganar en almacenaje y darle un aire más contemporáneo, sin perder el encanto original de la granja.
El nuevo proyecto con Sarah Poniatowski se ha planteado desde criterios sostenibles, inspirados en la naturaleza del entorno y en el diseño se ha utilizado materiales ecoresponsables. Sarah Poniatowski, cuyos trabajos se definen siempre por una elegancia parisina con influencias eclécticsa, era la opción ideal para el uso de colores vivos, estampados gráficos y materiales refinados. El resultado de este binomio es un diseño contemporáneo que contrasta con el entorno, atípico y auténtico, a la vez que lo respeta y en el que la mezcla de experiencia probada y diseño contemporáneo refleja el compromiso permanente la excelencia.
Cuando me embarco en un proyecto, lo que me inspira es el alma del lugar, y lo que me impulsa es sobre todo respetarlo, no transformarlo. Y es cierto que esta vivienda se encuentra en un marco tan excepcional, rodeado de naturaleza... No puede ser ma?s inspirador, afirma Sarah Poniatowski. En esta granja alpina, la diseñadora ha conseguido aprovechar los materiales, el almacenaje y todos los rincones, an?adiendo su toque personal y su ojo arti?stico. La planta baja, de 40 m2, se ha dividido en dos zonas: el salo?n-comedor, con su suelo de madera original, y la cocina, con suelo de baldosas de barro de encanto atemporal.