El mayor proyecto mundial de reforestación logra repoblar una superficie como dos veces Andalucía
Una prueba de la determinación de China cuando se trata de ponerse manos a la obra para resolver algún problema es la lucha contra la desertificación que afecta a este inmenso país, donde el 27,4% de su superficie es desierto, lo que afecta a 400 millones de personas. Sin embargo, el problema no se detiene ahí, pues los terrenos áridos van avanzando de forma imparable y cada año las tempestades de arena se comen 2.300 kilómetros cuadrados de tierras agrícolas, una superficie más grande que toda la isla de Tenerife. Sin embargo, el proyecto Gran Muralla Verde está logrando frenar de forma evidente esta amenaza, en un ejemplo de cómo políticas constantes y de largo alcance pueden dar resultados.
¿En qué consiste la Gran Muralla Verde china? Se trata de un gigantesco proyecto, considerado el mayor del mundo en ingeniería forestal, lanzado en 1978 y que debe continuar hasta 2050 para crear una inmensa franja boscosa de 4.480 kilómetros de longitud que consiga frenar el avance del desierto del Gobi. Esta iniciativa también es conocida como el Proyecto de los Tres Nortes, puesto que dicha franja verde se sitúa en el Noroeste, el Norte Central y el Noreste del país, las regiones más afectadas por la desertificación y pérdida de cultivos.
Aunque pueda parecer el típico proyecto llamado a quedarse en nada, lo cierto es que está cosechando grandes resultados, según ha vuelto a poner de manifiesto un estudio científico publicado en la revista Ecological Processes por parte de científicos del Instituto de Ecología Aplicada de la Academia China de Ciencias.
Fuerte aumento de la superficie arbolada
Según dicho estudio, las áreas boscosas ya creadas entre los años 1978 y 2017 han aumentado en 158.051 kilómetros cuadrados, lo que equivale a prácticamente el doble de la extensión de Andalucía. Lo más importante no es sólo el territorio que ha logrado recuperarse al desierto, sino los efectos que ello tiene en cuanto a captura de CO2.
Según los investigadores, el proyecto de reforestación ha creado un importante sumidero de carbono que es capaz de absorber el 5% de las emisiones industriales totales de CO2 de China entre 1978 y 2017.
El área forestal total del proyecto de los Tres Nortes aumentó desde aproximadamente 221.000 kilómetros cuadrados en 1978 a unos 379.000 kilómetros cuadrados en 2017, últimas cifras disponibles. Como consecuencia, se ha creado un sistema de captura de CO2 de 47,06 millones de toneladas de carbono por año durante estas cuatro décadas.
Según otros datos, las tormentas de arena primaverales en Pekín se redujeron en un 70% entre 2008 y 2018, lo que demuestra el positivo efecto que ya está teniendo, mucho antes de su finalización, el proyecto de reforestación masiva.
Las tormentas de arena primaverales en Pekín se redujeron en un 70% entre 2008 y 2018
El número de árboles plantados hasta 2018 es de 66.000 millones, y se ha dado protagonismo a la especie Enterolobium cyclocarpum y otras de la familia de las fabáceas, dada su adaptabilidad a estos terrenos.
La administración forestal de China viene realizando seguimientos constantes de la evolución de esta iniciativa, que demuestran que el desierto continuó avanzando, pese a este proceso de reforestación, entre 1994 y 1999, pero, en cambio, ha empezado a disminuir a partir de ese último año.
Algunas voces han cuestionado tanto el procedimiento empleado como las propias cifras de resultados ofrecidas por las autoridades del país. Se critica, por ejemplo, que en muchos casos se ha procedido a reforestar de forma descontrolada y sin criterios científicos en terrenos no aptos para ello y mediante sistemas o especies inadecuadas. “Con la Gran Muralla Verde, la gente está plantando muchos árboles en grandes actos para cortar de raíz de la desertificación, pero después nadie los cuida y mueren”, explicaba a National Geographic la directora del Foro Medioambiental de China en Washington (EEUU), Jennifer L. Turner.
Una estrategia nacional de largo alcance
El esfuerzo que realiza el gobierno China en esta región concreta forma parte de una estrategia nacional destinada a aumentar de forma drástica la superficie arbolada del país, para lo que se están dedicando ingentes cantidades de dinero público todos los años.
Desde el año 2001, de acuerdo con cifras oficiales de la Administración Estatal de Silvicultura, China ha ido recuperando, en promedio, 50.000 kilómetros cuadrados de áreas forestales al año (más del doble de superficie de la Comunitat Valenciana y algo más que Aragón).
China ha ido recuperando, en promedio, 50.000 kilómetros cuadrados de áreas forestales al año
La inversión en reforestación rondó los 70.000 millones de euros en los cinco primeros años de la década de 2010, según el informe Green is Gold, de Naciones Unidas. Las restricciones y sanciones a empresas que practiquen la deforestación son cada vez mayores. No existe otro país del mundo que haya recuperado tantas áreas verdes como China en este siglo. No obstante, el país sigue liderando la lista de naciones emisoras de CO2. Y el 27% de su territorio sigue siendo árido.
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