
La preservación de bosques nativos también involucra a las compañías
La Argentina perdió una hectárea de bosque cada dos minutos
Según cifras de Banco de Bosques, en los últimos 25 años, la Argentina perdió una hectárea de bosque cada dos minutos. Como resultado, ya se perdió el 70% de los bosques nativos. Muchas empresas prestaron atención a la alarmante cifra y desarrollaron alianzas para atender esta problemática. El desarrollo de programas vinculados a la preservación y regeneración de ecosistemas que permite evitar inundaciones, suelos desérticos y que el país siga teniendo recursos naturales que son vitales para la vida. Crear nuevas áreas protegidas o regenerar ecosistemas es una tarea a compromete no sólo a fundaciones u organismos públicos sino también a empresas.

TE PUEDE INTERESAR

Con información del Manual de Especies Nativas de Misiones (Edición 2024), desarrollado en colaboración entre la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM y el Servicio Forestal de los Estados Unidos (USFS) mediante el proyecto Actualización y Edición del Manual de Identificación de Maderas de la Selva Misionera, compartimos información de cada ficha digital que incluye características dendrológicas y anatómicas. El manual fue elaborado en el Laboratorio de Anatomía de la Madera, Dendrología y Dendrocronología (LAMDyD) de la Facultad de Ciencias Forestales en Eldorado, Universidad Nacional de Misiones.

José Moulia, en representación del Gobierno de Entre Ríos, participó del panel de apertura de la exposición ADS25, desarrollada los días 23 y 24 de abril en la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Morón. El encuentro reunió a profesionales, académicos y representantes del sector de la construcción comprometidos con enfoques innovadores y sustentables.

En el mundo hay millones de bosques. Algunos están cerca de centros urbanos, otros en lugares remotos e inaccesibles, pero todos cumplen un papel clave: mantener el equilibrio del planeta. Son, literalmente, el pulmón de la Tierra. Cuando se habla de un bosque nuevo, lo primero que viene a la mente suele ser una reforestación, una plantación reciente o la recuperación de una zona arrasada por el fuego. Pero este descubrimiento va por otro camino. No es un bosque sembrado hace poco. Es un bosque antiguo, que estuvo ahí durante miles de años, sepultado bajo el hielo. Y ahora, con el deshielo provocado por el calentamiento global, ha vuelto a emerger.